DÓNDE IR

El pueblo mágico de Querétaro ideal para deleitarte con mixiotes y carnitas por igual

Naturaleza, artesanías y rutas desde CDMX te esperan en este paraíso gastronómico a solo dos horas y media.

Prueba las mejores carnitas y mixiotes en este hermoso pueblo mágico de Querétaro que queda a tan solo dos horas y media de CDMX.
Prueba las mejores carnitas y mixiotes en este hermoso pueblo mágico de Querétaro que queda a tan solo dos horas y media de CDMX.Créditos: Stock Canva
Escrito en NOTICIAS el

En el corazón serrano de Querétaro se esconde, un pueblo mágico que fusiona la herencia indígena otomí con sabores ancestrales que despiertan los sentidos.

Imagina calles empedradas flanqueadas por casonas rosadas, donde el aroma de carnitas crujientes se entremezcla con el vapor de mixiotes cocidos en pencas de maguey, evocando rituales prehispánicos que perduran en cada bocado.

Este rincón, declarado Pueblo Mágico en 2018, no solo cautiva por su gastronomía, sino por su mística natural: bosques de encinos y lagunas cristalinas que invitan a desconectar del estrés de la ciudad.

Aquí en FM Globo te contamos cuál es este rinconcito mágico queretano en el que podrás deleitarte con mixiotes y carnitas por igual.

¿Cuál es el mejor pueblo mágico de Querétaro para comer las mejores carnitas y mixiotes?

Amealco de Bonfil se corona como el soberano indiscutible entre los pueblos mágicos de Querétaro para devorar las mejores carnitas y mixiotes, gracias a su legado culinario prehispánico que transforma la carne en poesía sensorial.

Estas carnitas, cocinadas en manteca de cerdo natural por familias con décadas de maestría, emergen doraditas y jugosas, con cortes como maciza, buche o costilla que se deshacen en la boca, acompañadas de consomé humeante y tostadas de arriero crujientes.

Los mixiotes, envueltos en hojas de maguey con chiles y especias secretas, adquieren un ahumado místico que evoca antiguos ritos otomíes, ideales para compartir en tertulias bajo las estrellas del Cerro de los Gallos.

El secreto radica en el Mercado Municipal, un laberinto de puestos donde artesanos y cocineras locales fusionan tradición y frescura: prueba las carnitas en tacos con cebolla morada y salsa cremosa, o los mixiotes con quelites silvestres para un twist innovador que rinde homenaje a la biodiversidad regional.

Este lugar combina tu festín con un taller de elaboración de muñecas Lele patrimonio intangible de Querétaro, donde las manos indígenas tejen historias mientras el paladar se regocija.

Este maridaje cultural eleva la experiencia, posicionando a Amealco como el destino gourmet que Querétaro reserva para los paladares aventureros, superando incluso a vecinos como Tequisquiapan en autenticidad serrana con un clima templado de 15°C y altitudes de 2,600 m, cada visita se siente como un encantamiento eterno.

¿Cómo llegar desde CDMX y qué hacer en Amealco?

Llegar a Amealco de Bonfil desde CDMX es un periplo sencillo y enigmático, ideal para road trips que inician con la carretera federal 57 México-Querétaro.

Toma la salida en San Juan del Río hacia Santa Lucía-Amealco por la 120; el trayecto dura apenas 2.5 horas (174 km), serpenteando entre viñedos y sierras que susurran promesas de reposo.

Si prefieres comodidad, autobuses ETN o Primera Plus conectan directo desde la Central Norte, con salidas frecuentes y vistas panorámicas que convierten el viaje en preludio de magia.

Una vez en este pueblo mágico de Querétaro, podrás vivir aventuras que despiertan el alma, por ejemplo: explora el Museo de la Muñeca Artesanal, primer santuario nacional dedicado a las icónicas Lele otomíes, con exposiciones de 450 piezas que narran leyendas indígenas en tela y hilo.

Para un toque adrenalínico, recorre la Laguna de Amealco en cuatrimoto o bicicleta de montaña, admirando cascadas como El Aserrín y aves endémicas en parques como La Beata, perfecto para ecoturismo familiar con rappel y camping bajo cielos estrellados.

No olvides el avistamiento de luciérnagas en temporada de lluvias (junio-agosto), un espectáculo bioluminiscente que ilumina senderos como el Cerro de los Gallos, o el Festival Nacional de Muñecas en noviembre, donde artesanías y danzas otomíes crean un vórtice cultural.

Complementa con un sorbo de pulque curado o vino frutal local, mientras paseas por comunidades como San Ildefonso Tultepec para tallar tu propia cerámica.

Amealco no es solo un destino; es un elixir de tradición y naturaleza que recarga el espíritu, es el pueblo mágico de Querétaro, que te invita a regresar por más de sus secretos ocultos en cada manantial y sobre todo deleitarte con mixiotes y carnitas por igual.