¿Los hámsters son buenas mascotas para niños? Ventajas y desventajas

Los hámsters siguen siendo una de las primeras mascotas que muchas familias eligen para sus hijos: son pequeños, económicos y relativamente fáciles de cuidar. Pero ¿son realmente adecuados para niños? Este informe reúne las ventajas, los cuidados imprescindibles y las alertas que padres y madres deben conocer antes de tomar la decisión.

¿Por qué los hámsters son una buena opción para los niños?

Los hámsters ofrecen varias ventajas claras para hogares con niños:

• Bajo mantenimiento: con una jaula adecuada, alimento y agua fresca diaria, sus necesidades básicas son sencillas comparadas con perros o gatos.

• Enseñanza de responsabilidad: encargarse de alimentar, vigilar la salud y limpiar la jaula son tareas concretas que ayudan a los niños a aprender rutinas y compromiso. Definir reglas familiares desde el inicio facilita el reparto de tareas.
• Espacio reducido y coste bajo: no requieren jardín ni grandes rincones de la casa; su compra y su mantenimiento inicial suelen ser económicos.
• Compañía sin necesidad de paseos: son independientes, se asean solos y no requieren salir de casa, lo que encaja con familias con poco tiempo.

¿Qué cuidados básicos necesitan y qué raza es mejor para niños?

Para garantizar el bienestar del animal y la seguridad de los niños, hay que cubrir elementos claves:

• Jaula y sustrato: una jaula amplia, con profundidades de suelo (al menos 20 cm de sustrato) para excavar, refugios, juguetes y una rueda apropiada al tamaño del hámster. Evitar algodón como lecho (puede enredarse y causar heridas); usar virutas o lechos naturales.
• Enriquecimiento: juguetes para roer, túneles y rutinas diarias de manipulación supervisada para que el hámster se acostumbre a la presencia humana.
• Alimentación: dieta variada de piensos específicos, semillas, granos, verduras y algo de fruta en pequeñas cantidades; también insectos secos como complemento. Evitar dar comida humana inadecuada (por ejemplo, quesos u otros alimentos grasos).

• Salud y ambiente: vigilar signos de enfermedad (ojos o nariz con secreción, pérdida de peso, letargo) y ubicar la jaula en un lugar tranquilo, sin corrientes ni ruidos fuertes.
• Elección de la especie: el hámster sirio (dorada o común) suele ser el más recomendado para niños por su tamaño y temperamento más dócil. Las especies muy pequeñas o muy nerviosas, como el Roborowski, no son buenas para manipular por niños. Los hámsters enanos (ruso, Campbell) pueden convivir en parejas en algunos casos, pero hay que conocer bien su sociabilidad y sexo para evitar conflictos o crías no deseadas.

¿Cuáles son las desventajas y riesgos que deben considerar los padres?

Tener un hámster también implica algunas contrapartidas que conviene valorar antes de incorporarlo al hogar. Estos pequeños roedores son animales nocturnos, por lo que su mayor actividad se da durante la noche.

Esto puede resultar frustrante para los niños que desean jugar con ellos durante el día, ya que en esas horas suelen estar dormidos. Además, los hámsters pueden morder si se sienten amenazados, por lo que es fundamental enseñar a los pequeños a manipularlos con suavidad y paciencia, siempre bajo la supervisión de un adulto, especialmente si son muy jóvenes.

Otro aspecto importante es su vida corta, ya que viven en promedio entre dos y tres años. Esto puede significar la primera experiencia de duelo para un niño, una situación que, aunque difícil, también puede servir como una oportunidad para hablar sobre la pérdida y el ciclo de la vida.

En cuanto a la convivencia entre ejemplares, muchos hámsters son animales solitarios y muy territoriales, por lo que alojarlos juntos puede generar peleas o situaciones de estrés; lo más recomendable es mantenerlos por separado. Finalmente, un entorno inadecuado, como una jaula sucia, ruidos fuertes o un manejo brusco, puede causar estrés, pérdida de pelo y problemas de salud, afectando su bienestar general.