PUEBLO MÁGICO

El pueblo mágico de Puebla en el que debes probar el Acachul y su delicioso café

Más que una bebida, el Padrecito y el licor de acachul cuentan la historia, el sabor y la identidad de la Huasteca.

El acachul es una bebida que representa identidad, historia y cultura.
El acachul es una bebida que representa identidad, historia y cultura. Créditos: Fuente: Freepik.
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Enclavado entre la niebla, cerros y bosques del norte de Puebla, el municipio de Xicotepec de Juárez, uno de los Pueblos Mágicos de la entidad, guarda un tesoro silvestre que da vida a una de sus tradiciones más distintivas: el licor de acachul

Esta bebida artesanal, elaborada a partir de una pequeña fruta roja que nace en la región, se ha convertido en un emblema local que fusiona cultura, sabor y naturaleza.

El licor de acachul, es motivo de orgullo tanto en Puebla como en Hidalgo. Fuente: Freepik.

¿Dónde nace el acachul y por qué es tan especial en Xicotepec, Puebla?

El acachul, similar en apariencia al capulín, es una fruta silvestre que crece únicamente en las zonas frías y boscosas donde convergen la Sierra Norte y la Huasteca poblana. Su cosecha es breve y específica, comenzando con la llegada de la primavera. 

Aunque en el pasado fue considerada no comestible, hoy es la base de una bebida que resalta por su dulzura natural y su bajo contenido alcohólico, alrededor de 10 grados, que puede disminuir aún más al mezclarse con otros ingredientes.

Laura Cruz Hernández, jefa de Capacitación y Desarrollo Turístico del Ayuntamiento de Xicotepec, explica que el acachul tiene un alto contenido de antioxidantes y un perfil de sabor equilibrado entre dulzura y acidez: “Está hecho a base de licor de caña y puede tomarse solo o en diversas combinaciones. Su sabor es muy versátil”, señala.

¿Cuál es el proceso artesanal para transformar el acachul en licor?

La elaboración del licor de acachul es un proceso rápido pero delicado. Una vez cortada, la fruta comienza a oxidarse con el aire o el sol, por lo que debe procesarse de inmediato. Se exprime como si fuera un racimo de uvas y al zumo resultante se le añade aguardiente de caña y azúcar. 

Esta mezcla puede dejarse fermentar entre uno y seis meses, dependiendo del tipo de licor que se desee, algunos más frutales y dulces, otros más secos y alcohólicos.

Existen diversas técnicas de producción, desde hervir el jugo antes de agregar el alcohol, hasta procesos por maceración que utilizan distintos tipos de aguardiente para alterar el perfil de sabor. La clave, está en utilizar agua de manantial, abundante en la región, lo que le da un carácter único al licor local.

¿Qué son los Padrecitos y cómo se prepara este cóctel típico de Xicotepec?

Una de las mezclas más representativas de Xicotepec es el cóctel Padrecito, nacido en la antigua Casa Gutiérrez. Según la leyenda, la cantidad de vodka en el trago dependía de qué tan lejos vivía el cliente: uno, dos o más "padrecitos", para llegar justo a casa y no pasarse.

La receta lleva sal y limón en el borde del vaso, hielos, jugo de limón, vodka, licor de acachul y un toque de refresco de toronja. El resultado es una bebida fresca, de color vino y con bajo contenido alcohólico.

El licor de acachul, base del Padrecito, es motivo de orgullo tanto en Puebla como en Hidalgo. Aunque no hay un origen claro, en Xicotepec se defiende la receta tradicional: acachul, aguardiente de caña y azúcar. En Hidalgo, en cambio, se suele combinar con frutas como zarzamora o guayaba.

Más allá de la disputa, el acachul es parte del alma huasteca, una bebida que representa identidad, historia y cultura. Ya sea solo o en cócteles, cada sorbo es un homenaje a la tierra y a sus tradiciones.