Hablarle a tu mascota como si fuera una persona ya no es solo una anécdota: la psicología lo interpreta como un gesto con significado. Investigadores y divulgadores, como Lachlan Brown, que recopiló siete rasgos comunes en quienes mantienen este hábito, y estudios sobre antropomorfismo muestran que esa práctica revela rasgos de la personalidad y genera beneficios tanto para los humanos como para los animales.
¿Qué rasgos de personalidad están asociados a quien habla con su mascota?
Según la recopilación de comportamientos estudiada por Lachlan Brown, las personas que conversan habitualmente con sus mascotas suelen mostrar una combinación de: empatía, inteligencia emocional, comodidad con la soledad, creatividad, atención plena (mindfulness), instinto de cuidado y protección y autenticidad.
Es decir: no se trata solo de un tic, sino de una forma de relacionarse con el entorno que implica leer señales emocionales, gestionar las propias emociones y practicar una comunicación que, aunque unidireccional en palabras, es recíproca en tono y gesto.
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El término antropomorfismo, atribuir cualidades humanas a animales u objetos, aparece con frecuencia en la literatura psicológica. El profesor Nicholas Epley (Universidad de Chicago) ha vinculado este fenómeno con mecanismos sociales humanos: atribuir mente a otros (aunque sean no humanos) es una forma de entender el mundo y fomentar conexión.
La ciencia muestra que, aunque los animales no entiendan todo el significado literal de nuestras frases, perciben tonos de voz, ritmo y gestos; por tanto, la comunicación va más allá del lenguaje verbal. Hablarles es una forma de ordenar ideas, regular emociones y practicar la expresión afectiva, lo que tiene efectos medibles en el bienestar.
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¿Qué beneficios reportan personas y mascotas por esta comunicación?
Los beneficios son dobles. Para las personas, hablar con la mascota ayuda a:
- Reducir estrés y ansiedad, al verbalizar emociones y recibir compañía constante.
- Fortalecer la autoestima y la rutina de cuidado, sobre todo en quienes viven solos.
- Mejorar la inteligencia emocional, porque obliga a interpretar reacciones no verbales.
- Estimular la creatividad, al crear diálogos y escenarios imaginarios.
Para las mascotas, la atención y el tono afectuoso se traducen en mayor seguridad, reducción de conductas ansiosas y un vínculo más estrecho con el dueño. En suma: se refuerza la relación y mejora la convivencia diaria.
Existen profesionales que defienden formas no convencionales de comunicación animal (por ejemplo, comunicadores que hablan de “imágenes mentales” o telepatía). Es un enfoque que algunas personas practican y que reporta experiencias positivas en casos concretos, pero no está sustentado por evidencia científica sólida como método generalizado.
¿Cómo mejorar la comunicación con tu mascota de forma práctica y saludable?
Etólogos y especialistas subrayan que la interpretación del comportamiento animal debe apoyarse en observación y ciencia: los cambios en conducta suelen deberse a ajustes en el entorno o en la respuesta humana, no a mensajes telepáticos.
Si quieres potenciar la relación con tu mascota de compañía sin confusiones: usa un tono calmado y claro, mantén rutinas de cuidado, atiende a sus señales (postura, mirada, vocalizaciones) y verbaliza de forma coherente (por ejemplo, instrucciones acompañadas de gestos). Evita proyectar juicios que impidan observar causas reales de comportamientos problemáticos y, ante dudas de salud o conducta, consulta a un profesional veterinario o etólogo.
