Los gatos son conocidos por su independencia y misterio, lo que a menudo genera la percepción de que son menos cariñosos que los perros. Sin embargo, estudios recientes y expertos en comportamiento animal indican que gran parte de esta idea surge de diferencias evolutivas y de domesticación entre ambas especies.
¿Por qué los gatos parecen menos afectuosos que los perros?
A diferencia de los perros, que fueron domesticados hace más de 15,000 años y coevolucionaron con los humanos como animales de caza y compañía, los gatos comenzaron un proceso de domesticación mucho más gradual hace aproximadamente 10,000 años en el Medio Oriente. Los felinos se acercaron a los humanos de manera voluntaria, principalmente para cazar roedores y proteger los cultivos, sin depender de los humanos para su alimentación.
Esto explica que los gatos conserven muchos de sus instintos salvajes, como la vigilancia de su territorio y la conducta solitaria, mientras que los perros desarrollaron comportamientos sociales que facilitan la lectura de sus emociones, como mover la cola o levantar las cejas para generar simpatía en los humanos.
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Según Karen Hiestand, veterinaria y administradora de International Cat Care, “los gatos son los únicos animales asociales que han sido domesticados. Los humanos simplemente no hemos entendido bien a la especie”.
¿Cómo interpretar el lenguaje corporal de los gatos?
Aunque los gatos no muestran afecto de la misma manera que los perros, tienen un lenguaje corporal sofisticado. Señales como el movimiento de la cola, la posición de las orejas, los parpadeos lentos y el ronroneo indican su estado de ánimo y su disposición a interactuar con los humanos. Por ejemplo:
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- Una cola erguida y relajada suele mostrar confianza y bienestar.
- Parpadeos lentos hacia el dueño son un signo de afecto y conexión.
- Un maullido suave puede indicar felicidad, mientras que uno agudo y repetitivo señala incomodidad.
- Estudios recientes muestran que los gatos que se sienten seguros con sus dueños demuestran “apego seguro”, saludando y regresando a sus humanos después de explorar el entorno, comportamiento similar al de los perros.
¿Cómo hacer que los gatos sean más amigables con los humanos?
Según un estudio publicado en el Journal of Veterinary Behavior en España, existen factores que fortalecen el vínculo entre gatos y humanos:
- Reducir el tiempo que pasan solos, procurando que no exceda las cuatro horas diarias.
- Aprender a interpretar su lenguaje corporal y vocal.
- Favorecer la cercanía, especialmente en espacios pequeños como apartamentos.
- Proporcionar enriquecimiento ambiental con juguetes, rascadores y actividades.
- Adoptar o rescatar gatos, fomentando un vínculo emocional más fuerte.
- Gestionar comportamientos no deseados sin recurrir a castigos.
- Supervisar la convivencia con otros animales para evitar estrés o ansiedad.
Comprender y respetar la naturaleza del gato, ofreciendo un entorno estable y observando sus señales, es clave para construir una relación cercana y afectuosa. Lejos de ser distantes por defecto, los gatos pueden ser tan cariñosos como los perros cuando se les entiende y se les brinda atención de manera adecuada.
