Si el cierre de tu mochila se averió, este truco casero te sacará del apuro. Además, podrás aplicarlo rápidamente con objetos que seguramente ya tienes en casa.
¿Por qué se suelen romper los cierres?
Los cierres se suelen romper principalmente por el desgaste natural del uso constante y la fricción entre los dientes o el deslizador. También pueden dañarse si se fuerza el cierre al intentar abrirlo con exceso de presión o cuando la mochila está sobrecargada.
Otro motivo frecuente es la acumulación de suciedad, polvo o residuos que dificultan el movimiento del deslizador y provocan que los dientes se desalineen. Incluso la exposición a la humedad o al calor extremo puede debilitar los materiales, aumentando la probabilidad de fallas.
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¿Cómo arreglar el cierre de una mochila?
Si el cierre de la mochila está desencajado, lo primero que debes hacer es descoser cuidadosamente el sesgo que lo sostiene. Esto permite recolocar el cierre en su posición correcta sin dañar la tela ni el cierre mismo.
Una vez alineado, se debe coser de nuevo con puntadas firmes y parejas para asegurar su sujeción. Reforzar el inicio y el final del cierre ayuda a evitar que se vuelva a soltar durante el uso diario.
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¿En qué ocasión es recomendable cambiar el cierre?
Es recomendable cambiar el cierre de una mochila cuando está roto, los dientes están desgastados o el deslizador ya no funciona correctamente. También conviene reemplazarlo si se ha desencajado varias veces y los trucos caseros no han sido efectivos.
Otro momento para cambiar el cierre es cuando la mochila se utiliza con frecuencia y soporta mucho peso, ya que el desgaste aumenta la probabilidad de fallas. Sustituirlo a tiempo evita que la mochila quede inutilizable.