Puebla es un estado rico en historia, cultura y belleza natural, pero lo que muchos no saben es que, en tiempos remotos, vastos mares cubrían su territorio. Esta fascinante conexión con el mar es una de las razones por las que algunas personas se atreven a comparar este lugar con la famosa Atlántida.
Aunque Puebla no es reconocida por contar con ciudades sumergidas como otras regiones de México, existen pruebas geológicas que sugieren que grandes extensiones de tierra que hoy conocemos como montañas, valles y cañones estuvieron cubiertas por océanos en el pasado, lo que da pie a esta intrigante leyenda.
¿Cuál es el océano que cubría Puebla?
Hace millones de años, durante el periodo Mesozoico, gran parte del territorio poblano estaba sumergido bajo el agua. En este contexto marino, se desarrolló una fauna prehistórica que incluía especies tan fascinantes como dinosaurios. Hoy en día, diversas áreas de Puebla conservan vestigios de este pasado marino, y entre ellas destaca la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán, compartida con Oaxaca, que se ha convertido en un importante sitio de estudio para paleontólogos y geólogos.
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Esta reserva es un testimonio de cómo la historia geológica ha dado forma al paisaje que hoy admiramos. En sus formaciones rocosas y valles, se han encontrado fósiles marinos que evidencian la existencia de un océano en la región, además de restos de mamuts y huellas de dinosaurios de cuello largo, conocidos por su tamaño y adaptaciones.
El paisaje de Tehuacán-Cuicatlán, dominado por una flora única de cactáceas y grandes biznagas centenarias, también es un recordatorio visual de la transformación del área a través del tiempo.
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¿Xicotepec es la prueba del antiguo océano poblano?
Otra de las pruebas que respalda la teoría de que Puebla estuvo cubierto por mares es la región de Xicotepec, ubicada al norte del estado. Durante la era Mesozoica, hace más de 200 millones de años, esta zona estaba sumergida bajo un vasto océano.
Con el paso de los siglos, los movimientos tectónicos elevaban el lecho marino y formaban lo que hoy conocemos como la Sierra Madre Oriental. De acuerdo con Lorena Romero, geóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estos procesos geológicos son fundamentales para comprender cómo el territorio de Puebla se ha transformado desde un fondo marino hasta una cadena montañosa.
Aunque no existen rastros de ciudades sumergidas como las que se encuentran en otras partes del mundo, estos descubrimientos nos permiten vislumbrar cómo Puebla fue un lugar completamente diferente hace millones de años. En lugar de las montañas que conocemos hoy, la región era un ecosistema marino con vida acuática que dejó su huella en las rocas y fósiles que los expertos continúan descubriendo.
¿Cuál es el legado del pasado marino de Puebla?
El hecho de que Puebla haya estado sumergida bajo el agua en el pasado le otorga un valor geológico y paleontológico incomparable. Hoy en día, los turistas pueden visitar lugares como Xicotepec o la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán para conocer más sobre este fascinante capítulo de la historia de la Tierra. Los visitantes pueden realizar actividades como paseos en kayak o en lancha por las aguas de la zona, disfrutando de la belleza natural mientras aprenden sobre el lejano pasado marino que dio forma a la región.
A pesar de que Puebla no es conocida como la “Atlántida mexicana”, su conexión con un pasado oceánico y la abundancia de fósiles marinos que aún se pueden encontrar en su territorio le dan una relevancia única entre las regiones de México que estuvieron cubiertas por mares prehistóricos. Estos vestigios invitan a los viajeros y científicos a continuar explorando los misterios geológicos de esta región, que sigue siendo un testimonio del paso del tiempo y de los cambios que el planeta ha sufrido a lo largo de millones de años.