El cloro es un químico ampliamente presente en productos de limpieza y desinfección debido a su capacidad para eliminar bacterias y prevenir infecciones. No obstante, su manipulación incorrecta puede representar un serio peligro para la salud.
La intoxicación por cloro es un riesgo común en el hogar, sobre todo cuando se mezcla con otras sustancias químicas o se utiliza sin las medidas de seguridad adecuadas. Al entrar en contacto con el agua, el cloro reacciona y forma ácido clorhídrico y ácido hipocloroso, dos compuestos altamente corrosivos y tóxicos.
La exposición puede producirse por inhalación de vapores, contacto directo con la piel o ingestión accidental, un incidente frecuente entre niños que beben líquidos almacenados en envases mal etiquetados o reciclados.
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¿Cuáles son las principales fuentes de exposición al cloro en el hogar?
Además de estar presente en el agua de piscinas y en productos blanqueadores, el cloro también puede liberarse como gas cuando se mezcla accidentalmente con otras sustancias. Algunas fuentes comunes de exposición incluyen:
- Gas producido al mezclar blanqueadores con amoníaco o limpiadores en polvo.
- Apertura de envases industriales de tabletas de cloro almacenados por largo tiempo.
- Limpiadores suaves o productos de uso doméstico mal etiquetados o sin resguardar.
¿Qué síntomas indican una posible intoxicación por cloro en niños y adultos?
Los efectos de la intoxicación por cloro pueden aparecer en distintas partes del cuerpo:
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- Vías respiratorias: dificultad para respirar, inflamación de la garganta, acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar).
- Ojos y mucosas: dolor o ardor en nariz, garganta, labios, ojos e incluso pérdida de visión.
- Sistema digestivo: vómitos (con o sin sangre), dolor abdominal intenso, quemaduras en el esófago.
- Sistema cardiovascular: colapso circulatorio, presión arterial baja o shock.
- Piel: irritación, quemaduras, necrosis en tejidos.
- Síntomas neurológicos adicionales: confusión, lenguaje desarticulado, somnolencia o hiperactividad, midriasis o miosis (pupilas dilatadas o contraídas), ritmo cardíaco alterado y exceso de saliva o boca seca.
¿Qué hacer inmediatamente ante una sospecha de intoxicación por cloro?
Ante una sospecha de intoxicación por cloro, es vital actuar con rapidez:
- No inducir el vómito, salvo indicación médica.
- Si fue ingerido, se puede dar agua o leche solo si la persona está consciente y puede tragar con normalidad.
- En caso de contacto con piel u ojos, enjuagar con abundante agua durante al menos 15 minutos.
- Si fue inhalado, llevar a la persona a un lugar con aire fresco inmediatamente.
- Acudir de inmediato a un centro de salud o contactar al centro de toxicología local.
Es importante no administrar café, alcohol, leche (si hay síntomas graves), ni remedios caseros. Tampoco se deben consumir alimentos grasos ni intentar controlar los síntomas con jarabes o antidiarreicos.
¿Qué medidas de prevención pueden evitar accidentes con cloro en casa?
Para evitar incidentes, se recomienda:
- Guardar el cloro en su envase original, bien cerrado, en un lugar fresco, ventilado y fuera del alcance de niños.
- Nunca mezclarlo con otras sustancias como amoníaco, alcohol, vinagre, agua oxigenada o productos ácidos. Estas combinaciones pueden liberar gases tóxicos, formar compuestos explosivos o generar cloroformo, altamente peligroso.
- Evitar el contacto del cloro con partes metálicas, ya que puede corroerlas, liberando más sustancias tóxicas.
La intoxicación por cloro no debe tomarse a la ligera, ya que puede provocar efectos graves e incluso mortales si no se responde a tiempo y con responsabilidad.
Frente a sustancias peligrosas, la precaución no es una recomendación, sino una obligación. Adoptar medidas preventivas es la forma más efectiva de evitar tragedias. En estos casos, más que nunca, prevenir es salvar.